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05 febrero 2011

Crisis, what crisis? "Supertramp" (III parte)

Fue el 15 de marzo de 2009, casi dos años ya, cuando escribí la segunda de mis opiniones sobre la Crisis. Pues bien, vais a peor!!! Si si, vais… lo he dicho y escrito bien!


Nadie se extrañaba de la migración de españoles a Alemania por ejemplo, a mediados del sigloXX, es decir, hace poquito… tan poquito, que todavía en casa quedan algunos abuelos y tíos que pueden contarlo en primera persona. La “jambre” apretaba, y había que ir a donde fuese. Y Alemania fue una gran oportunidad.


Hoy Merkel, anda haciendo selección de españolitos que quieran irse a currar a tierras germanas… la historia se repite… si ya lo decía en diciembre 2010 el Secretario General de los Empresarios de mi provincia: “vamos a ser padres y abuelos de emigrantes”. ¡Oído cocina! Y el que no se aplique lo va a pasar muy mal. Según un informe referido de Naciones Unidas, hacia el año 2.050, o sea, pasado mañana, habrán migrado de sus países más de 1.500 millones de personitas… y no solo chinos. Yo ya soy uno.


Ah! Pero tranquilo, siempre te queda otro destino: la mesa camilla. Ese archipiélago conformado por un conjunto de islas: la mesa de madera, con calentadorcito en medio para el frío, su pañito y su cristal con fotos de los familiares entrometidos entremetidas; dos sofás de 3+2 circunvalándola; una tele en frente y un juego de mesa comedor con 6 sillas, para esos catedráticos que vienen de plañideras en los momentos de debate de situación económica -para el que no lo entienda, la plañidera era esa gente que se contrataba en los entierros durante el siglo pasado, para llorar al muerto cuando este apenas tenía ni familia ni amigos que le lloraran-.


Yo conozco unas cuantas bastantes mesas camilla en mi pueblo… tanto en el interior de viviendas como en la tertulia de un bar con un camarero in aeternum. Autocompasión, autolloro, autoconvencimiento, auto… bueno eso sí, ni al hijo más chico le falta su auto… no sé para qué? para ir a donde? y siguen llegando embarazos no deseados... bueno pero ya lo soluciona IKEA en mi pueblo: ¡donde caben dos, caben tres!


La cosa está mal, fíjate fulanito… el Ayuntamiento de bancarota… las de la limpieza no cobran… el de la luz la corta… el del autobús de huelga… Auténticos tertulianos de bar o mesa camilla, catedráticos de la ignorancia, doctores de la cobardía, speakers de pamplinas, voceros bajuneros, charlatanes sin cultura, cotillas de peluquería, cotorras de macetilla de bloque, calvos de tanto saber, maestros liendre… anclados del tipo: ¡qué pasa Jon!


Pobre Blas Infante, padre de la patria Andaluza… con ese himno que decía algo así como: “Andaluces levantaos…” Si, si, levántate tú… y ve a la cocina, que a tu madre se le olvidó traer azúcar para el cafelito… mientras jugamos una timba. Socios sucios de la pasividad.



Mis amigos pastores de Grazalema, con esa sabiduría popular siempre dicen: “uno no es de donde nace, sino de donde pace”. Linda frase, que en boca de Osho o de Gandhi recorrería el mundo a lomos de un power point en 10 minutos. Así es, hay que moverse en todos los sentidos y en todas las direcciones. Os lo recomiendo en primera persona. Lo he hecho en mi vida varias veces, inter-regional e inter-europeamente… y ahora, transoceánicamente. Y es lo que toca. Ser ave fénix!


Sin embargo, hay gente, que prefiere aguardar en la mesa camilla… en mi pueblo a fecha de hoy ya son 30.910 (más de la cuarta parte de las personas en edad de trabajar del pueblo) los que se sientan en esa mesa. Aguardan el maná del cielo sine die… cuestión de educación… y de ceguera… y de cobardía… y de falta de preparación… y de h… ¿crees que si sirvieran para algo estarían parados?... más bien están quietos… y que “mumá” les ponga el pucherito.


Yo, sin embargo, he apostado todo lo que tenía a un nuevo futuro. A una nueva “empresa”… porque estoy cualificado, sigo estudiando y se me abren los caminos. Tan solo me queda en mi tierra el amor de dos hijos, a los que debo procurar un bienestar económico por un tiempo… ellos llevan mi sangre… sabrán volar en su momento… mientras el resto se queda en el nido de mamabuela.


Fíjate, ayer viernes escuchando la radio local… ya aventuré una oportunidad de negocio. La tengo en la “bandeja de borradores”… ya se verá.


Los de este país donde me encuentro ahora me preguntaban hace días en una reunión imprevista: ¿por qué tienes tanta confianza en ti?. Y yo les digo, porque siempre he tenido una máxima: proveerme la seguridad desde la inseguridad. Es decir, trabajar y estudiar cada día como si fuera el último; y cada día, haber logrado algo, por pequeño que sea. Y funciona!


Yo solo creo en mí. Tu solo debes creer en ti. Y punto. Nadie vendrá a solucionarte el futuro. A la gente, tú le importas poco. Solo se importan, “con verbo reflexivo”, los de la misma condición, los del consuelo de tontos, los del mal de muchos… Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.


¡El futuro es un estado de ánimo! ¡Tu futuro es tu estado de ánimo! No es una fecha, ni una promesa, ni responsabilidad mancomunada, ni algo que puedas dejar para mañana… es solamente tu estado de ánimo, tu actitud hic et nunc -aquí y ahora-.


Ánimo pues, a todos los que ante la oscuridad de su presente, se levanten y emprendan el camino a donde su intuición y sensatez le lleven. Hacedlo. Donde sea. El movimiento genera movimiento. Y recibirás recompensa por ello.


La característica del auténtico heroísmo es la persistencia. Todos los hombres tienen impulsos erráticos, momentos puntuales de generosidad. Pero cuando has decidido ser grande, cumple contigo mismo y no trates de reconciliarte con el mundo. El heróico no puede ser común, ni el común heróico.


La crisis económica no es más que la manifestación física exterior del síntoma que tiene un origen interno más estructural. No se trata de dinero. Dinero hay, y en negro, ¿si no? ¿Quién me explica que nadie se queje, nadie se manifieste drásticamente, nadie actúe en consecuencia? Ha habido mucho y mucha tunante. Y el que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra. Y lo que encuentra, suele ser más de lo mismo.


Crisis viene del griego: cambio. ¡Pues a cambiar todo dios!

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